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La escuela puede optimizar el valor de los clásicos

Los centros educativos en el tramo que corresponde a la ESO, constituyen un elemento esencial en el proceso de consolidación de los hábitos lectores. A medida en el tránsito de la infancia a la adolescencia se producen las primeras "deserciones", en muchos casos alimentadas (aunque la intención fuese otra) por la obligatoriedad a la hora de leer determinados títulos para complementar asignaturas o, directamente, para poder aprobarlas.

Una parte del currículo escolar incluye la necesidad de conocer lo que comúnmente denominamos como “clásicos”, sin embargo ¿es posible aunar la difusión de estos títulos con las nuevas formas de leer que tienen las actuales generaciones? Partimos de una premisa fundamental: el profesor debe estar convencido de ello, no podemos afrontar una renovación en este tipo de propuestas si el docente sigue considerando en su foro interno aquello de “si yo me lo leí y lo agradezco, ellos también lo harán”.

Egle Plytnikaite (c)

Está demostrado que, la mayor parte de las veces, ofrecer el listado de títulos, tal cual, independientemente de la edición elegida y del criterio con el que se ha confeccionado, provoca cierto rechazo tanto en los lectores habituales como en aquellos que no tienen esta afición.

Antes que nada es necesario definir “exactamente” qué titulo es considerado “clásico”. ¿Aceptamos alguna de las catorce definiciones que esbozó Italo Calvino en Por qué leer los clásicos (Siruela, 2012)? Nosotros podemos etiquetar así a una obra del siglo XVIII que consideramos maestra, renovadora, innovadora, revolucionaria… Pero para ellos el concepto puede estar relacionado con historias adictivas, que les han hecho felices, nacidas en el tiempo que conocen, independientemente de la época en la que estén ambientadas.

¿Son clásicos El Señor de los Anillos o Canción de hielo y fuego? Tal vez el adolescente considera así Memorias de Idhún y no aquellos ejemplares que únicamente reconocen en las estanterías del salón de su casa, en la biblioteca familiar. Si partimos de la acepción tradicional y es necesario acercarnos a esas obras en el marco del plan lector anual, es importante diseñar una serie de iniciativas por parte de todo el equipo docente que permitan afrontar su difusión en el aula y generar curiosidad.

Son nuevos tiempos, diferentes lectores, y tal vez podemos conseguir que conozcan títulos “indispensables” implementando dinámicas divertidas:

- Establecer un mapa de autores u obras fundamentales que ayuden al joven a conocer cronológicamente el desarrollo de un determinado género o que reflejen los cambios de cada etapa histórica de forma divertida. Para configurar tu propia infografía puedes utilizar la herramienta Canva, una de las herramientas de diseño gráfico gratuitas más populares en la actualidad, en activo desde 2012, y que ofrece más de 60 millones de fotografías y 5 millones de vectores, gráficos y fuentes fácilmente combinables para crear infografías.

- Seleccionar fragmentos muy representativos del estilo de escritura que quieres dar a conocer, en donde se reflejen aspectos particulares que se quieran destacar o que aporten una idea de cómo era la sociedad del momento, y trabajar únicamente a partir de la lectura, utilizando soportes atractivos, de estos textos. Puedes extraer algunos de esos pasajes a través de la biblioteca virtual Miguel de Cervantes.

- Relacionar los pasajes elegidos con otras obras actuales que traten los mismos temas o hagan referencia a los mismos, o acercarse a ediciones seductoras y novedosas de historias de siempre. En este sentido es conveniente aprovechar las reediciones en nuevos formatos que las editoriales realizan con motivo de efemérides importantes, abundan las versiones de aventuras inolvidables revisitadas con la ayuda de grandes ilustradores (Moby Dick, La isla del tesoro…)

- Acercarnos a ellos desde Instagram, mediante proyectos como el desarrollado por la New York Public Library (Instanovels); o, de forma más humilde, como el emprendido por Fundación Germán Sánchez Ruipérez junto a IG y el periódico 20 minutos, que reunió a un nutrido grupo de escritores de literatura juvenil e ilustradoras de nuevo cuño en torno a tres textos considerados fundamentales en la literatura española: La Celestina, Don Juan Tenorio y La Dama Boba.

- Siempre que sea posible apostar por el original, no por las adaptaciones. Estas han ido estableciéndose como lecturas obligatorias en algunos centros escolares durante los cursos anteriores y limitan la capacidad crítica del lector. Si se trabaja con colectivos con carencias o dificultades importantes de tipo intelectual se puede optar por los títulos asociados a los diferentes proyectos vinculados a Lectura Fácil. Hay interesantes iniciativas al respecto en todas las comunidades autónomas. Puedes encontrar más información al respecto en http://www.lecturafacil.net/es/

- Seleccionar comics y álbumes ilustrados que tratan las mismas historias desde otro concepto artístico y literario.

- Otorgar el status de “clásico” para acercarse a títulos que desde esos soportes ya se han convertido en únicos en su género (desde las Aventuras de Tintín o Astérix y Obélix hasta el álbum Donde viven los monstruos…)

- Introducir títulos de literatura infantil y juvenil directamente relacionados con grandes obras de la literatura universal, que les hagan conocer algunos datos sobre ellas (puedes encontrar muchas a través de nuestro buscador en www.canallector.com)

- Diseñar programaciones híbridas junto a equipos de otros departamentos, para favorecer la lectura de textos en la lengua original en que fueron escritos, y ayudar a conocer las expresiones originales y la lectura crítica de historias universales, leídas desde otro punto de vista; descubrir las manifestaciones artísticas de cada momento, ubicar correctamente los países, zonas y ciudades a las que se hace referencia en el mapa...

- Divulgar literatura en formato app, diseñada especialmente para atraer a todo tipo de lectores. Existen buenos ejemplos creados en España como el proyecto de lectura inmersiva Iclassics Collection, que combina los mejores textos de autores clásicos como Poe, Dickens o Wilde con escenas animadas e interactivas

- Aunque suene obvio, siempre es bueno aproximarnos a los argumentos y tramas de determinados títulos a partir de las versiones que se han hecho al formato cinematográfico, a las series que se emiten en las plataformas VoD o en el mundo del videojuego. En los últimos años se han seguido estrenando buenas versiones de "clásicos", en ocasiones obteniendo grandes resultados de crítica y público (por ejemplo "Mujercitas", la versión de Greta Gerwig)

- Y, por supuesto, apostar por la biblioteca escolar, y sus múltiples recursos para organizar actividades en torno a ese corpus de obras inmortales partiendo de una premisa: ofrecer los libros, sean “clásicos” o no, de forma atractiva y, sobre todo, sencilla y muy accesible, nunca poner obstáculos a la curiosidad (como, por ejemplo, puertas de cristal cerradas con llave)

Tal vez la adolescencia, ese periodo en el que se pierden tantos lectores voraces infantiles, no es el mejor momento para acercarse a los autores que han hecho grande la historia de la literatura o a obras inmortales que simbolizan el valor de nuestra cultura. Eso no significa que pasados unos años, el propio hábito que tal vez consigamos crear en ellos al elegir adecuadamente el camino, haga que sean los propios jóvenes los que se interesen por autores y obras canónicas.

 
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