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Criterios de selección de libros documentales (Primera parte)

Introducción

Cuando se analizan los fondos que forman las bibliotecas de nuestras escuelas observamos que la mayoría de ellas están dotadas casi exclusivamente de libros de imaginación o de ficción (básicamente literatura, algo de poesía y muy poco de teatro). Es importante subsanar estas carencias y proceder a la adquisición de materiales librarios y no librarios relacionados con todas las áreas del saber. Pero entonces nos surge un buen puñado de dudas: ¿qué criterios podemos seguir para seleccionar estos recursos? ¿Podemos establecer tipologías entre los libros documentales? ¿Qué elementos son imprescindibles en estas obras? ¿Qué carencias son tan importantes que nos tienen que obligar a rechazar de plano determinados productos?

Para contestar a estas y otras cuestiones y para orientar al maestro y al bibliotecario que se embarca en la ardua tarea de seleccionar libros informativos, hemos adaptado el trabajo de Mònica Baró, profesora de la Escuela Universitaria de Biblioteconomía y Documentación de la Universidad de Barcelona, titulado Aprender con otros libros, publicado en La biblioteca escolar: un derecho irrenunciable. Kepa Osoro coord. Madrid, Asociación Española de Amigos del Libro, 1998, páginas 99-109.

Criterios para elegir libros documentales

La selección de libros documentales resulta habitualmente compleja tanto para los docentes como para los bibliotecarios. Ofrecemos a continuación algunos puntos susceptibles de guiar la elección. Recordemos de entrada que no debemos aplicar reflexiones excluyentes que se basen exclusivamente en los criterios del adulto porque hay que tener en cuenta que todos los temas pueden interesar al niño si están bien tratados. Incluso hay que reconocer que los libros documentales pueden ser una vía de acercamiento a la lectura de los «malos lectores», que encuentran en estas obras un cierto interés puesto que su abundancia en ilustraciones les permite hojear sin leer, tocan su sensibilidad y satisfacen su curiosidad (y, ¡oh, milagro!, si las ilustraciones les interesan suficientemente, incluso se decidirán a leer el texto para saber más).

Pero, ¿qué características han de tener los textos documentales?
 

  • Exactitud: su planteamiento ha de ser científico y riguroso.
  • Accesibilidad: que se puedan consultar ágilmente para lo cual ha de estar dotado de un sumario, un índice de materias y un vocabulario preciso carente de términos técnicos innecesarios.
  • Rigurosa actualidad: que permitan encontrar respuestas interesantes y convincentes.
  • Deben estar escritos por especialistas que dominen el tema pues de ese modo proporcionarán al texto agilidad y se expresarán con la libertad necesaria para hallar un lenguaje adaptado.
  • Han de huir de las expresiones vulgarizadoras que a veces se emplean para lograr una mejor sintonía con el lector y que en la práctica tiñen la obra de prosaísmo.
  • Una colección debe tener varios autores para ser verdaderamente científica porque ofrecerá distintos puntos de vista y los conocimientos serán más completos.
  • Las traducciones deberán estar adaptadas al contexto y al nivel lingüístico y cultural de los destinatarios.
  • Los conceptos se presentarán interrelacionados para favorecer la comprensibilidad y ofrecer al lector la oportunidad de vivir una experiencia de aprendizaje y lectura accesible y satisfactoria.
  • La doble página aumenta la claridad y el atractivo porque permite completar el texto con fotos, croquis y dibujos.
  • Deben ayudar a jerarquizar la información estableciendo las ideas principales y diferenciando los datos accesorios o anecdóticos.
  • Plantearán sólo aquellos interrogantes que encuentren respuesta en el propio texto. No pueden dejar al lector sin soluciones o sin pistas que le lleven a ellas.
  • Si el texto ofrece diferentes niveles de lectura han de estar claros los límites de cada uno de ellos y el modo de comenzar cada itinerario lector.
  • Los conocimientos estarán integrados en una red para dotarlos de sentido y relevancia.
  • No pueden pretender agotar un tema porque cercenarían los deseos de investigar del lector.
  • Mostrarán al lector una idea del método que ha permitido descubrir los conocimientos expuestos para que la lectura resulte apasionante, así como con elementos que le enseñen a observar, clasificar y deducir y fomenten su espíritu científico.

Importancia de los libros de conocimientos

Los libros de conocimientos tienen el gran valor de favorecer el aprendizaje personal y el descubrimiento según los intereses del lector. Son, por tanto, imprescindibles en el ámbito educativo por cuanto subsanan o equilibran el abusivo empleo del libro de texto que aún sufren nuestros escolares en la mayoría de los centros educativos.

Uno de los vicios que, sin embargo, tienen que superar los libros documentales es su tendencia a escolarizar los conocimientos que presentan, así como a ofrecer presentaciones academicistas, excesivamente serias (es como si el editor no se atreviera a ser demasiado creativo para contentar al educador).

Si entendemos la biblioteca escolar como un centro de aprendizaje, comunicación, información y ocio, como verdadero núcleo de la labor educativa y como fuente de documentación e investigación, y definimos que su objetivo principal es formar lectores polivalentes capaces de comprender y expresarse en cualquier lenguaje, que tengan la posibilidad de aprender por sí mismos cualquier cosa que les interese y de acceder a cualquier ámbito de la cultura que pueda formar globalmente su personalidad…, los libros informativos deberán tener un papel protagonista entre los fondos que ofrecemos a los estudiantes. Sin ellos es inviable esta concepción no sólo de la biblioteca sino también del aprendizaje.

Las obras informativas deben traspasar los límites de los contenidos de los programas e incorporar temas que puedan suscitar interés y curiosidad y que, a la vez, proporcionen a los alumnos aquellos conocimientos que contribuyan a su crecimiento personal en todos los ámbitos. Por tanto, en las bibliotecas escolares debería invertirse la proporción hasta superar con creces (en una proporción de 70 a 30 por ciento) a los fondos de imaginación.

El libro de conocimientos sería aquel que permite la aproximación al conocimiento de cualquier ámbito del saber humano, que permite documentarse e informarse, pero también descubrir, comprender e, incluso, aprender a hacer. El libro de conocimientos es, en realidad, una puerta abierta al mundo y a las realizaciones humanas y, por tanto, un elemento de culturización incuestionable que, además, puede contribuir al acercamiento de los no-lectores de los libros de ficción y que, en cambio, sienten gran curiosidad por el mundo que les rodea.

Este texto es una Adaptación de Kepa Osoro

 
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Un Lector
Estoy de acuerdo en los criterios de selección, destacando la actualizacion de la información, asi como que los textos esten acompañados de dibujos, fotografías reales, gráficos...