Con buen ritmo y bien conducido discurre el argumento de esta novela urbana afín al género negro. El marco social y el ambiente policial, dibujados de una forma realista y escueta, resultan muy convincentes y reconocibles. Por su parte, la joven protagonista, eje central de la obra –ésta es la segunda en la que figura– conquista con su naturalidad, su sencillez y su cercanía. Y porque, a pesar de moverse en la cara fea de la realidad, preserva su idealismo y su integridad. Dan ganas de seguirle los pasos en esa carrera que ha emprendido con tanta dedicación. Con buen ritmo y bien conducido discurre el argumento de esta novela urbana afín al género negro. El marco social y el ambiente policial, dibujados de una forma realista y escueta, resultan muy convincentes y reconocibles. Por su parte, la joven protagonista, eje central de la obra –ésta es la segunda en la que figura– conquista con su naturalidad, su sencillez y su cercanía. Y porque, a pesar de moverse en la cara fea de la realidad, preserva su idealismo y su integridad. Dan ganas de seguirle los pasos en esa carrera que ha emprendido con tanta dedicación.

Wendy ataca

Ha sido noche de fútbol.
El Barça ha perdido por uno a tres y las calles se han llenado de caras largas, depresión, frustración y rabia azulgrana.
Entonces es cuando debe intervenir la policía, porque con frecuencia la frustración y la rabia, ya sean azulgrana o de cualquier otro color, se convierten en violencia y víctimas.
Hace horas ya que el coche patrulla número 304 ha salido de la comisaría de Sarriá-Sant Gervasi y recorre las calles de la zona noble de la ciudad.