El autor de El curioso incidente del perro a medianoche regresa con otra novela, esta vez para niños. En ella, elementos fantásticos que parten de la cotidianeidad más absoluta sorprenden al lector. Así, le mantienen en una constante tensión esperando que la razón vuelva a las páginas de ¡Bum! y exista una explicación que justifique las galaxias secretas, amenazas alienígenas o secuestros en tubos cilíndricos de metal. Pero no. Mark Haddon nos deleita de nuevo con un sentido del humor absurdo y un imaginario muy personal que desborda fantasía por los cuatro costados. El autor de El curioso incidente del perro a medianoche regresa con otra novela, esta vez para niños. En ella, elementos fantásticos que parten de la cotidianeidad más absoluta sorprenden al lector. Así, le mantienen en una constante tensión esperando que la razón vuelva a las páginas de ¡Bum! y exista una explicación que justifique las galaxias secretas, amenazas alienígenas o secuestros en tubos cilíndricos de metal. Pero no. Mark Haddon nos deleita de nuevo con un sentido del humor absurdo y un imaginario muy personal que desborda fantasía por los cuatro costados.

¡Bum! Un viaje a 70 mil años luz

Estaba en el balcón comiendo un sándwich de queso Red Leicester y mermelada de grosella. Le di un mordisco y mastiqué. Estaba bueno, pero ni punto de comparación con uno de mermelada de fresa y queso Cheddar. Ése era mi favorito. Pasaba mucho tiempo en el balcón. Nuestro piso era minúsculo. A veces tenía la sensación de vivir en un submarino. Pero el balcón era increíble. El viento, el suelo, la luz... Se veían muchos 747 que describían lentos círculos, a la espera del permiso para aterrizar en Heathrow.