Cyboria. El despertar de Galeno

Cuando el abuelo quería que Otto se sintiera especial siempre le decía que intentara hacer cosas difíciles, porque las fáciles puede hacerlas todo el mundo.
Y aquel día, quizá por ese motivo, sentado en el sillín de una bicicleta que había pertenecido a su abuelo, Otto Folgore Perotti iba a hacer algo muy difícil. Tenía que pedalear con todas sus fuerzas hasta el puente y, una vez allí, antes de cruzarlo, encontrar el valor para saltar. Dando un buen salto, esperaba aterrizar cinco metros más abajo, en el camino del canal.
Aquello, más que algo difícil, era cosa de locos. Sin embargo, no tenía otra alternativa para huir de la Banda del Instituto...