Las historias sencillas de Pinzón y Tungsteno, dos conocidos personajes de una serie de animación de la televisión holandesa, son como las buenas tiras cómicas de la prensa: con pocos elementos desarrollan una buena historia que, además de sorprenderte, te hace pensar. En este caso, los mejores inventos no suelen ser los más complejos, si no los más simples y prácticos. Se podría aplicar aquello de que lo mejor es enemigo de lo bueno. Las historias sencillas de Pinzón y Tungsteno, dos conocidos personajes de una serie de animación de la televisión holandesa, son como las buenas tiras cómicas de la prensa: con pocos elementos desarrollan una buena historia que, además de sorprenderte, te hace pensar. En este caso, los mejores inventos no suelen ser los más complejos, si no los más simples y prácticos. Se podría aplicar aquello de que lo mejor es enemigo de lo bueno.

Pinzón y los inventos

—Salgamos a correr por el bosque —dice Tugnsteno.
—Ahora no tengo tiempo —dice Pinzón—. Estoy leyendo un libro sobre todos los inventos que existen. Es muy interesante: mira.
—¡Ey, la última página está vacía! Tal vez podríamos agregarle algo...
—¿Sabes una cosa? —dice Pinzón—. ¡Haremos nuestro propio invento! No tiene por qué ser tan difícil. Simplemente hay que pensar en algo que todavía no se le haya ocurrido a nadie. Algo muy sencillo que todavía no exista y sea muy práctico. ¡Ya sé!