Ya nos sorprendió Éric Battut con su libro El secreto, protagonizado también por un simpático ratón, en el que la sencillez de la historia y las ilustraciones nos atrapaban desde la primera página. Lo mismo ocurre con este; se trata de una de esas historias encadenadas que tanto gustan a los niños y en las que les encanta volver sobre ellas una y otra vez. Un álbum ilustrado para disfrutarlo en compañía, que se puede escenificar y en el que los niños se identificarán con los animales personificados y la situación en sí. Ya nos sorprendió Éric Battut con su libro El secreto, protagonizado también por un simpático ratón, en el que la sencillez de la historia y las ilustraciones nos atrapaban desde la primera página. Lo mismo ocurre con este; se trata de una de esas historias encadenadas que tanto gustan a los niños y en las que les encanta volver sobre ellas una y otra vez. Un álbum ilustrado para disfrutarlo en compañía, que se puede escenificar y en el que los niños se identificarán con los animales personificados y la situación en sí.

La avellana

—¡Oh! ¡Qué hermosa avellana!, dijo el ratoncito verde. La romperé y me la comeré.

El ratoncito verde comenzó a saltar y a saltar. Pero por mucho que saltara, la avellana no se rompía.

—¡Eh! ¡Tortuga! ¿Puedes ayudarme?
—¡Claro que sí!, dijo la tortuga.

La tortuga y el ratoncito verde comenzaron a saltar y a saltar. Pero por mucho que saltaran, la avellana no se rompía.

—¡Eh! ¡Conejo! ¿Puedes ayudarnos?
—¡Claro que sí!, dijo el conejo.