Esta novela retoma las primitivas leyendas de Robin Hood para presentarnos a su compañera, Marian, como una muchacha generosa y valiente, que comparte quehaceres y peligros con sus camaradas del bosque. Una trama que la autora, bien documentada, ubica con diversas referencias históricas, y en la que la protagonista abandona el rol tópico de dama enamorada y asume una actitud comprometida y reivindicadora, a contracorriente de las tradiciones y normas de la época. Esta novela retoma las primitivas leyendas de Robin Hood para presentarnos a su compañera, Marian, como una muchacha generosa y valiente, que comparte quehaceres y peligros con sus camaradas del bosque. Una trama que la autora, bien documentada, ubica con diversas referencias históricas, y en la que la protagonista abandona el rol tópico de dama enamorada y asume una actitud comprometida y reivindicadora, a contracorriente de las tradiciones y normas de la época.

La Mujer del Bosque

Mary estaba de pie ante la silla de su tío, colocada sobre la tarima al final del gran salón. Le temblaban las manos mientras daba vueltas al pesado anillo con un granate que llevaba en el dedo índice. Había pertenecido a su madre, la desgraciada Eleanor de Holt. Era todo lo que le quedaba de ella y lo llevaba constantemente, aunque era demasiado grande para ponérselo en cualquiera de los otros dedos.