Por un lado, la adolescente Mara cuenta las experiencias que tienen ella y su familia después de dejar Buenos Aires para residir en un lugar perdido de la Patagonia. Por otro, Ángeles Espinoza, dueña de la casa de comidas local, relata las acciones que emprende el Grupo de Rescate de Las Flores, pues desean que aumente la población actual, de apenas cuatrocientos vecinos, y para ello urge construir una carretera. Al final, todos los problemas se resuelven gracias a las tramposas relaciones amorosas de Mara con el nieto del único hombre que puede salvar al pueblo. Por un lado, la adolescente Mara cuenta las experiencias que tienen ella y su familia después de dejar Buenos Aires para residir en un lugar perdido de la Patagonia. Por otro, Ángeles Espinoza, dueña de la casa de comidas local, relata las acciones que emprende el Grupo de Rescate de Las Flores, pues desean que aumente la población actual, de apenas cuatrocientos vecinos, y para ello urge construir una carretera. Al final, todos los problemas se resuelven gracias a las tramposas relaciones amorosas de Mara con el nieto del único hombre que puede salvar al pueblo.

El complot de Las Flores

Era peor de lo que había imaginado. Claro que yo sabía que veníamos a un pueblo chico, pero no esperaba algo tan mínimo. Tan insignificante. Tan nada.
–Horroroso –dictaminó Leonardo con la cara pegada a la ventanilla cuando el ómnibus tomó la calle central.