Como cara b a la sugerente propuesta Soy la vida, las autoras proponen un acercamiento a un tema que no es tratado con mucha frecuencia en la literatura infantil, planteando la permanente y acechante presencia de la muerte, un hecho que iguala a todos los seres vivos. De forma sutil y poética, las ilustraciones muestran diferentes situaciones de humanos y animales, y su peculiar relación con la otra cara de la moneda; explican los motivos de su existencia y las formas en las que trata de atenuar su llegada, representada por una mujer que recorre campos y ciudades en bicicleta visitando a todo el mundo, convencida de que ella y la vida siempre estarán juntas “al otro lado de todas las puertas que se abren”. Original y cautivador, aporta un acertado enfoque para romper tabúes y conversar con los niños sobre temas a los que van a tener que hacer frente tarde o temprano.

Como cara b a la sugerente propuesta Soy la vida, las autoras proponen un acercamiento a un tema que no es tratado con mucha frecuencia en la literatura infantil, planteando la permanente y acechante presencia de la muerte, un hecho que iguala a todos los seres vivos. De forma sutil y poética, las ilustraciones muestran diferentes situaciones de humanos y animales, y su peculiar relación con la otra cara de la moneda; explican los motivos de su existencia y las formas en... Seguir leyendo