A veces todos nos sentimos pequeños, como Archibaldo. No encontramos aquello con lo que verdaderamente somos felices, una parcela de la vida en la que tenemos una verdadera habilidad o cierta predisposición para avanzar. Cuando llegan esos momentos, nada como un paseo junto a la gente que de verdad nos quiere, para reflexionar y buscar nuevos caminos. Nuestro protagonista encauza su sensibilidad a través de una afición tan dulce como las imágenes que jalonan la nueva aventura del personaje creado por Desbordes y Martin. Los pulcros escenarios, fragmentos de vida cotidiana que cobran nueva dimensión a través del contraste de colores vivos sobre fondos blancos (característica que sirve como hilo conductor de toda la propuesta gráfica), muestran preguntas y respuestas que se disipan junto a sus padres, cuestiones que ayudan a encontrar el sentido a cada día y, en definitiva, aquello que, de verdad, nos apasiona.
A veces todos nos sentimos pequeños, como Archibaldo. No encontramos aquello con lo que verdaderamente somos felices, una parcela de la vida en la que tenemos una verdadera habilidad o cierta predisposición para avanzar. Cuando llegan esos momentos, nada como un paseo junto a la gente que de verdad nos quiere, para reflexionar y buscar nuevos caminos. Nuestro protagonista encauza su sensibilidad a través de una afición tan dulce como las imágenes que jalonan la nueva aventura del personaje creado por... Seguir leyendo
Lo que de verdad me gusta
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Esta mañana, Archibaldo ha perdido el partido.
Ha ganado Susana.
Al día siguiente, y los siguientes días,
Archibaldo se ha esmerado a fondo.
Pero las cosas no han mejorado mucho.
Un miércoles, Archibaldo se sentía tan pequeño...
"No sirvo para nada", ha dicho.
Entonces, la mamá lo ha llevado a dar un paseo.