Para disfrutar de la casa en el campo hay que coger un tren, un autobús, atravesar la plaza de los castaños, dejar atrás a los paisanos junto a los que crecimos, sumidos en su vida ordinaria pero feliz; las pequeñas tiendas que mantienen la alegre cotidianeidad… En esa larga travesía, que incluye un bosque, se aprecian las virtudes de la vida rural, que transita en calma al arrullo de los sonidos de la naturaleza, y que todos estamos invitados a sentir gracias a este fascinante artilugio narrativo. La propuesta troquelada, un desplegable de grandes dimensiones que se extiende desde nuestras manos, está en la línea de otros experimentos gráficos –toda una reivindicación del papel-, con similares intenciones, como “Fabricando historias”, del guionista y dibujante de cómics Chris Ware; aunque alcanza aquí especial lirismo por el mensaje subyacente y por las espectaculares y profusas imágenes, obra de la artista francesa Alice Gravier; dibujos labrados en línea fina que reflejan con increíble fidelidad el paisaje y las estancias del hogar que da título al álbum. En este original paseo también hay un hueco para el juego visual, los lectores deben encontrar sesenta y seis objetos, alimentos, plantas y animales escondidos a lo largo de la narración. Un regalo genial para los lectores infantiles (y los mayores)

Para disfrutar de la casa en el campo hay que coger un tren, un autobús, atravesar la plaza de los castaños, dejar atrás a los paisanos junto a los que crecimos, sumidos en su vida ordinaria pero feliz; las pequeñas tiendas que mantienen la alegre cotidianeidad… En esa larga travesía, que incluye un bosque, se aprecian las virtudes de la vida rural, que transita en calma al arrullo de los sonidos de la naturaleza, y que todos estamos invitados a sentir gracias a este fascinante artilugio narrativo. La... Seguir leyendo