¿Hay alguién por ahí aprendiendo el abecedario? Nada mejor que unos versos, colmados de aliteraciones, para mostrar los múltiples usos de cada letra, poemas que tras su buen humor y aparente ligereza, destilan crítica social y reivindican conceptos cruciales para la buena convivencia. Al hilo de las rimas brotan, casi siempre en las páginas pares, una serie de ilustraciones en las que se detallan objetos, personas y acciones que contienen la vocal o consonante protagonista en cada caso. El lector debe ayudar en el proceso, culminar el silabario -poblado de viajes, juegos, adivinanzas...-; y de paso dibujar una sonrisa llevando a la práctica las propuestas ingeniosas que se lanzan tras las últimas estrofas. Un libro "interactivo", de contenidos coloristas e ingeniosos, para reforzar primeros conocimientos y, al mismo tiempo, desarrollar la imaginación y creatividad mediante sencillos ejercicios lúdicos. Muy recomendable.

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