Chan Chau, una de las autoras más vendidas del NYT y nominada en dos ocasiones al premio Eisner, se hace cargo del décimo capítulo de una de las franquicias de cómics más exitosas entre el público preadolescente de los últimos años, "El club de las canguro"; cuya popularidad creció de forma exponencial gracias a la adaptación a la pantalla, disponible en una conocida plataforma de streaming. Siguiendo los patrones estéticos que trazaron Raina Telgemeier y sucesoras como Gale Galligan, la artista de Washington plantea, con una secuenciación en viñetas más densa que las anteriores, nuevas aventuras del célebre grupo de amigas, en esta ocasión al hilo del traslado de una de sus miembros a un barrio más lejano, algo que es visto como una oportunidad para afianzar, e incluso extender, su ámbito de acción. Si bien es cierto que la relación con alguna de las vecinas, como Shannon, genera algún que otro conflicto. Como hilo conductor la enfermedad de la mascota de Kristy, que genera sentimientos capaces de eliminar cualquier barrera en la convivencia. En el aspecto gráfico apreciamos influencias variadas y eclécticas, desde el universo Minecraft, tan apetecible para la generación Alfa, hasta el manga (tanto en el número de viñetas, como en las expresiones gestuales o el uso de líneas cinéticas). 

Chan Chau, una de las autoras más vendidas del NYT y nominada en dos ocasiones al premio Eisner, se hace cargo del décimo capítulo de una de las franquicias de cómics más exitosas entre el público preadolescente de los últimos años, "El club de las canguro"; cuya popularidad creció de forma exponencial gracias a la adaptación a... Seguir leyendo