Rex Ogle continúa ofreciendo sus memorias adolescentes en formato autoficción en viñetas. Los problemas a los que se enfrenta en su paso de la niñez al mundo adulto son los mismos para millones de jóvenes generación tras generación. Se trata de una etapa de intensas vivencias emocionales, con cambios físicos evidentes que pueden provocar complejos y mermas en la autoestima, sobre todo cuando -como es el caso-; aparecen compañeros indeseables en el instituto que se encargan de hacer más difícil el proceso o se burlan de las contrariedades adscritas a esos periodos de transición. Por si fuera poco, el protagonista comparte las dificultades económicas que atraviesa la familia, monoparental, ya descritas en la primera parte de esta serie y que le impiden solucionar de una forma rápida (o paliar al menos); las clásicas alteraciones hormonales que se hacen evidentes físicamente. Trabas que se suman a otras muchas, propias de las pandillas a cualquier edad, y que convierten el día a día en una auténtica aventura para el joven. Por fortuna, con el apoyo inquebrantable de amigos sinceros, de su madre y abuela, las cosas siempre pueden verse de otro color. En el plano gráfico repite el joven ilustrador Dave Valeza, con un estilo y consignas gráficas similares a las que han popularizado grandes artistas del comic book norteamericano para preadolescentes (que, curiosamente, también comparten ancestros orientales como Cynthia Yuan Cheng, Kristina Luu o Stephanie Yue...); segmento que vive un momento de esplendor en la actualidad con propuestas heterogéneas en lo argumental y siempre de calidad (que garantizan futuros lectores adolescentes y adultos con gran bagaje).
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Rex Ogle continúa ofreciendo sus memorias adolescentes en formato autoficción en viñetas. Los problemas a los que se enfrenta en su paso de la niñez al mundo adulto son los mismos para millones de jóvenes generación tras generación. Se trata de una etapa de intensas vivencias emocionales, con cambios físicos evidentes que pueden provocar complejos y mermas en la autoestima, sobre todo cuando -como es el caso-; aparecen compañeros indeseables en el instituto que se encargan de hacer más... Seguir leyendo
Cara-pizza

- Este es el contestador automático de Kennedy, deja un mensaje cuando...
¡bip!
- ¡Ey, Kennedy! Soy Rex. Voy para allá. ¡Ahora nos vemos!
- ¡Mamá. Voy a salir!
- ¡Vuelve a las cuatro! ¡Tienes que quedarte con tu hermano mientras trabajo!