Ramona, la ratona, vive en un ecosistema muy limitado, una rotonda que permite solo paseos en espiral, sin zonas naturales cercanas por las que campar feliz y a sus anchas, pero con una escultura en el centro que ofrece a la protagonista la posibilidad de otear el horizonte y ver más allá de los tubos de escape. Allí, a lo lejos, hay otros como ella, pero viviendo en comunidad, aunque es consciente de que para abandonar su solitaria existencia y encontrarse con ellos sería preciso sortear los peligrosos medios de transporte que rodean cada día su territorio, coches con conductores siempre indiferentes a las cosas que tienen lugar en esa pequeña porción de terreno. Convencida de que ha llegado el momento de afrontar con valentía un nuevo destino, intentará por varios medios escapar de la pradera circular. ¿Logrará su objetivo? La diseñadora gráfica argentina Martina Trach aporta una colección de ilustraciones en dos tonalidades, dibujadas con grafito, para vestir el viaje iniciático que propone Miguel Rojo, bien conocido por obras como "La colina del Minotauro" o "El Dinosaurio, el príncipe, la niña y su mamá" (ambas en Pintar-Pintar), que fue galardonado en su día con el premio SGAE de teatro infanti.

Ramona, la ratona, vive en un ecosistema muy limitado, una rotonda que permite solo paseos en espiral, sin zonas naturales cercanas por las que campar feliz y a sus anchas, pero con una escultura en el centro que ofrece a la protagonista la posibilidad de otear el horizonte y ver más allá de los tubos de escape. Allí, a lo lejos, hay otros como ella, pero viviendo en comunidad, aunque es consciente de que para abandonar su solitaria existencia y encontrarse con ellos sería preciso sortear los peligrosos medios de transporte que... Seguir leyendo