Una metáfora sobre la destrucción tras la guerra protagonizada por dos niños, seres solitarios que vagan erráticos en busca de un lugar en el que guarecerse entre las ruinas, el frio y la inestabilidad de un espacio arrasado, escenario en el que nace una amistad y la ilusión de un nuevo futuro, el que se abre con el barco de papel que, al transformarse en avión, llega a un lugar en el que reiniciar el proceso, abrigados esta vez por el afecto y la paz, aunque se mantenga intacta la mochila de recuerdos dolorosos. Francesc Rovira construye escenas de gran intensidad emocional a base de trazos de pinturas (maderas y ceras); con grafito, y posterior retoque digital, por las que deambula una pareja de pequeños sometidos al tormento de la guerra, con expresiones siempre tristes y cansadas en sus rostros, y detalles precisos para retratar el apocalipsis generado por el conflicto bélico. El proyecto, metafórico y certero en su propósito de incitar a niños y padres a dialogar sobre la paz y la no violencia, nace con espíritu solidario, pues un euro del precio final de venta al público será donado por la editorial a la organización no gubernamental Amnistía Internacional para contribuir a su trabajo por los derechos de las personas migrantes y refugiadas.

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Una metáfora sobre la destrucción tras la guerra protagonizada por dos niños, seres solitarios que vagan erráticos en busca de un lugar en el que guarecerse entre las ruinas, el frio y la inestabilidad de un espacio arrasado, escenario en el que nace una amistad y la ilusión de un nuevo futuro, el que se abre con el barco de papel que, al transformarse en avión, llega a un lugar en el que reiniciar el proceso, abrigados esta vez por el afecto y la paz, aunque se mantenga intacta la mochila de recuerdos dolorosos.... Seguir leyendo