El pez protagonista siempre ha tenido que soportar observaciones, tan faltonas como llenas de guasa, de sus compañeros acuáticos. Comentarios ofensivos sobre un físico que les recuerda a ese lugar donde la espalda termina su nombre. Cansado de esta situación intenta refugiarse en las profundidades marinas, donde todo está frío y oscuro, lugar en el que residen animales diferentes y en el que traba amistad con Steven, el pez queso de Saboya. Un inesperado accidente une más sus destinos, al ser rechazados por un pescador (asombrado por la apariencia); y devueltos a su ecosistema original. Allí encuentra la felicidad y libertad añoradas, a salvo de comentarios hirientes, que reafirma su particular y exclusiva personalidad. Un canto a la diversidad que invita a los lectores más pequeños de la casa a creer en sí mismos y hacer caso omiso de las posibles opiniones maliciosas de los demás, construido con mucho humor e iluminado por las siempre seductoras ilustraciones de Magali Le Huche, que insufla los colores de la amistad para transformar la experiencia del caricaturesco personaje principal.

El pez protagonista siempre ha tenido que soportar observaciones, tan faltonas como llenas de guasa, de sus compañeros acuáticos. Comentarios ofensivos sobre un físico que les recuerda a ese lugar donde la espalda termina su nombre. Cansado de esta situación intenta refugiarse en las profundidades marinas, donde todo está frío y oscuro, lugar en el que residen animales diferentes y en el que traba amistad con Steven, el pez queso de Saboya. Un inesperado accidente une más sus destinos, al ser rechazados por un... Seguir leyendo