La isla de los delfines azules

Recuerdo el día que vino el barco aleutiano a nuestra isla. Al principio parecía una concha cualquiera flotando sobre el mar. Luego se fue haciendo más grande, y se convirtió en una gaviota con las alas plegadas. Al cabo, bajo el sol que subía en el horizonte, vimos claramente lo que era en realidad: un barco pintado de rojo, con las velas del mismo color.