Pocas cosas pueden decirse sobre esta maravillosa novela de Julio Verne que no se haya dicho ya. Las fantásticas aventuras de Miguel Strogoff, el correo del zar, que debe atravesar las estepas siberianas de acá para allá llevando los secretos que le son encomendados, forma parte sin duda de la mejor literatura universal de todos los tiempos. Humor, ironía, aventuras, valor y tesón se dan cita en un libro que se devora con los ojos. Los comentarios a pie de página añaden interés intelectual a la novela. Pocas cosas pueden decirse sobre esta maravillosa novela de Julio Verne que no se haya dicho ya. Las fantásticas aventuras de Miguel Strogoff, el correo del zar, que debe atravesar las estepas siberianas de acá para allá llevando los secretos que le son encomendados, forma parte sin duda de la mejor literatura universal de todos los tiempos. Humor, ironía, aventuras, valor y tesón se dan cita en un libro que se devora con los ojos. Los comentarios a pie de página añaden interés intelectual a la novela.

Miguel Strogoff

-Señor, un nuevo despacho.
-¿De dónde viene?
-De Tomsk.
-¿Está cortado el hilo más allá de esta ciudad?
-Está cortado desde ayer.
-Haz que envíen un telegrama cada hora a Tomsk, general, y que me tengan al corriente.
-Sí, señor -respondió el general Kissoff.
Estas palabras se intercambiaban a las dos de la mañana, en el momento en que la fiesta que se celebraba en el Palacio Nuevo se encontraba en todo su apogeo.