Osito Blanco vuelve a la carga con un nuevo álbum cuyo tema central es, como cabe esperar por el título, la sorpresa. Osito quiere decorar su cueva antes de que llegue su madre, sin saber que ella, por otro lado, también se trae algo entre manos. El atractivo de la obra reside en que se trata de una historia bien contada, y en el empleo de diferentes texturas para transmitir sensaciones de ternura ante determinados personajes. Un texto breve y sin complicaciones, bien arropado por ilustraciones que, aunque ambientadas en el polo, tienen todo su calor a la vista. Osito Blanco vuelve a la carga con un nuevo álbum cuyo tema central es, como cabe esperar por el título, la sorpresa. Osito quiere decorar su cueva antes de que llegue su madre, sin saber que ella, por otro lado, también se trae algo entre manos. El atractivo de la obra reside en que se trata de una historia bien contada, y en el empleo de diferentes texturas para transmitir sensaciones de ternura ante determinados personajes. Un texto breve y sin complicaciones, bien arropado por ilustraciones que, aunque ambientadas en el polo, tienen todo su calor a la vista.

La sorpresa de Osito Blanco

Un soleado día, mamá dijo a osito blanco:
–Tengo que irme, Osito Blanco. Quédate aquí, yo regresaré lo más pronto que pueda.
Parecía un poco triste y cansada, así que mientras miraba cómo se iba, Osito Blanco se puso a pensar.