Tres historias en un mismo libro, con un desenlace en el que se encuentran los tres protagonistas principales: un ratoncito llamado Despereaux, enamorado de la princesa Guisante; la rata Roscuro, que vive en la oscuridad y desea salir; y la sirvienta Pinky Pampurrias, que alberga un deseo sencillo pero imposible. Quizás su estructura sea algo compleja, pero el estilo de la autora es ameno y cómplice con los lectores. Y sobre todo enseña que la vida no es la felicidad que siempre nos cuentan, sino más bien una búsqueda intensa de la luz. Tres historias en un mismo libro, con un desenlace en el que se encuentran los tres protagonistas principales: un ratoncito llamado Despereaux, enamorado de la princesa Guisante; la rata Roscuro, que vive en la oscuridad y desea salir; y la sirvienta Pinky Pampurrias, que alberga un deseo sencillo pero imposible. Quizás su estructura sea algo compleja, pero el estilo de la autora es ameno y cómplice con los lectores. Y sobre todo enseña que la vida no es la felicidad que siempre nos cuentan, sino más bien una búsqueda intensa de la luz.

Despereaux

Esta historia comienza entre los muros de un castillo, con el nacimiento de un ratón. El último ratón que les nacía a sus padres y el único de su camada que había nacido vivo.
–¿Dónde están mis bebés? –dijo la agotada madre cuando el mal rato hubo terminado–: enséñame a mis bebés.
El padre ratón levantó bien alto al ratoncito.
–Sólo hay uno –dijo–. Los otros han muerto.
–Mon dieu, ¿tan sólo un ratoncito?
–Sólo uno. ¿Cómo lo llamarás?
–Tanto trabajo para nada –dijo la madre y, suspirando, añadió–:¡Es tan triste!