Perro de cristal
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El hechicero vivía en el piso de arriba de una casa, dedicando todo su tiempo a estudios bien pensados y a pensamientos bien estudiados.
Tenía libros y recetas de todos los hechiceros, e incluso había inventado algunos encantamientos.
Sería un hombre feliz si no fuese por las interrupciones de la gente que iba a consultarle, y por las continuas llamadas del lechero, el panadero, el cartero...