El clásico Blancanieves, de los Hermanos Grimm, se nos presenta en esta ocasión desde la visión de una autora e ilustradora catalana de los años cuarenta, Mercedes Llimona. La ternura de los personajes de la obra original se acentúa en esta adaptación, que nos presenta el carácter de la bondadosa e ingenua protagonista como ejemplo a seguir, frente al egoísmo, la frivolidad y la maldad de la impía madrastra.Esta adaptación nos permitirá disfrutar de un tipo de ilustración clásica ya, que a muchos nos recordará a nuestra infancia. El clásico Blancanieves, de los Hermanos Grimm, se nos presenta en esta ocasión desde la visión de una autora e ilustradora catalana de los años cuarenta, Mercedes Llimona. La ternura de los personajes de la obra original se acentúa en esta adaptación, que nos presenta el carácter de la bondadosa e ingenua protagonista como ejemplo a seguir, frente al egoísmo, la frivolidad y la maldad de la impía madrastra.Esta adaptación nos permitirá disfrutar de un tipo de ilustración clásica ya, que a muchos nos recordará a nuestra infancia.

Blancanieves

Hace mucho, muchísimo tiempo, se alzaba sobre una colina un alto y fuerte castillo, con torres, almenas y un pesadísimo puente levadizo. A sus pies se extendían bosques inmensos cuyo fin no alcanzaba la vista, en donde corrían a sus anchas toda clase de animales, desde el asustadizo conejo y la pequeña ardilla, a los feroces jabalíes y los osos pardos.
El castillo era del rey y señor de aquellas tierras, que vivía allí con su joven esposa. Eran muy felices, porque se querían profundamente.