Mejillas rojas

De niño, mi abuelo tuvo una vida muy agitada. Por lo menos, él así lo cuenta. Y si mi abuelo lo dice, es porque es así.
En una ocasión, llenó de agua un cajón. Quedaba magnífico, pero, lamentablemente, el agua no se mantuvo mucho tiempo. Prefirió irse en busca del mar.
En una ocasión, se comió un pastel de miel, tan dulce que fue perseguido por una abeja durante una semana. Incluso hasta el váter.
En una ocasión, mi abuelo descubrió un botón rojo en su ombligo. Lo apretó y, de pronto...