Sachinka es la hija de los Baró, padres humildes que viven en una población llamada Nolo. La niña es muy inquieta y no para de hacer preguntas a todo aquel con quien se cruza: a sus padres les pide explicaciones de gestos cotidianos, a la policía le pregunta sobre la duración de la eternidad, al director del colegio sobre las hojas en blanco... Con el único que se entiende es con Cachcaval, el conserje de la escuela, con quien fundará la Fabrikapreguntas, destinada a elegir las mejores preguntas de los habitantes del pueblo. Sachinka es la hija de los Baró, padres humildes que viven en una población llamada Nolo. La niña es muy inquieta y no para de hacer preguntas a todo aquel con quien se cruza: a sus padres les pide explicaciones de gestos cotidianos, a la policía le pregunta sobre la duración de la eternidad, al director del colegio sobre las hojas en blanco... Con el único que se entiende es con Cachcaval, el conserje de la escuela, con quien fundará la Fabrikapreguntas, destinada a elegir las mejores preguntas de los habitantes del pueblo.

La vida encaja

Todavía son las seis y sesenta minutos. El ruido del despertador invade la casa de la familia Baró. No es un ¡piii!, ¡piii! electrónico, ni una bonita melodía programada con antelación, y mucho menos la voz bien timbrada de un periodista de radio desgranando las noticias de la mañana. No, en la familia Baró, por una razón que ellos mismos ignoran, conservan uno de esos viejos despertadores de sonido atroz, peor que una perforadora introduciéndose en tus sueños.