Este libro de procesos cotidianos se vale de las solapas para propiciar cierta interacción con el bebé, al tiempo que incorpora la representación gráfica de objetos próximos que el pequeño reconocerá escondidos o fuera de su sitio. El desarrollo de la historia va del desorden al orden y se vale del pretexto de que el pequeño lector ayude a ordenar. El libro culmina con un premio por haber recogido la habitación. Podría, en definitiva, considerarse como el primer libro de urbanidad para el bebé.Este libro de procesos cotidianos se vale de las solapas para propiciar cierta interacción con el bebé, al tiempo que incorpora la representación gráfica de objetos próximos que el pequeño reconocerá escondidos o fuera de su sitio. El desarrollo de la historia va del desorden al orden y se vale del pretexto de que el pequeño lector ayude a ordenar. El libro culmina con un premio por haber recogido la habitación. Podría, en definitiva, considerarse como el primer libro de urbanidad para el bebé.
¡Qué desorden!
Mira la habitación de conejito… ¡Qué desorden! ¡Vamos a recoger, Conejito!