El baile del Ciempiés

El sol de verano salió grande y enorme sobre el bosque. Sus primeros rayos, como siempre, dieron justo en un pequeño claro que había entre un grupo de robles. Para los humanos, parecía sólo un pedacito de tierra y hierba, pero para los habitantes más pequeños del bosque era algo muy importante. Algo especial, bueno, aunque no por cómo era, sino por lo que allí pasaba todas las mañanas.