Todos, en mayor o menor medida, tenemos nuestros miedos y fobias. A través de su diario, Paula nos invita a conocer cuáles son sus temores. Sabe que para superar la escotofobia necesita acudir a algún sitio en el que le ayuden a desmontar ese pánico a la oscuridad. Y el Campamento Escalofrío, dirigido por Agnes Fears (sí, has leído bien su apellido); puede ser un lugar perfecto para ello. Es el punto de encuentro con otros protagonistas, como Noah, Max o Álex, junto a quienes vivirá aventuras inolvidables y, ante todo, la posibilidad de recobrar la libertad que supone afrontar el día a día con valentía y sin limitaciones impuestas por nuestra propia imaginación. Al estilo de muchas publicaciones norteamericanas orientadas al segmento middle grade, los autores introducen en la narración diversos tipos de tipografías, colores, tonalidades de fondo y fragmentos de dibujos en papel de cuadrícula para aderezar y dinamizar la trama, encuadrada en unas vacaciones de verano, con una diverdida novedad: la utilización de tintas que brillan en la oscuridad y harán las delicias de los lectores en la oscuridad de la noche. Así, ¿quién va a tener miedo de nada?

Todos, en mayor o menor medida, tenemos nuestros miedos y fobias. A través de su diario, Paula nos invita a conocer cuáles son sus temores. Sabe que para superar la escotofobia necesita acudir a algún sitio en el que le ayuden a desmontar ese pánico a la oscuridad. Y el Campamento Escalofrío, dirigido por Agnes Fears (sí, has leído bien su apellido); puede ser un lugar perfecto para ello. Es el punto de encuentro con otros protagonistas, como Noah, Max o Álex, junto a quienes vivirá... Seguir leyendo