El trío feroz

–¡Grruau! ¡Qué bonita está la luna llena!
Jacobo Lobo salió del jardín y echó a correr calle abajo moviendo la cola de un lado a otro con anhelo. La luz de la luna se reflejaba en sus gafas. Era medianoche, y todo el mundo dormía.
Grruau, ¡genial! –rugió Jacobo–. ¡Tengo tres noches por delante para disfrutar de ser lobo! –de pura felicidad aulló a la luna–: ¡Grruau-aúu-aúu!