Los extraterrestres han demostrado ser seres muy inteligentes. Lo confirman, para empezar, con la elección del punto de contacto terrícola: la playa de la Victoria en Cádiz; a partir de ese primer acercamiento oficial a los habitantes del planeta Bibopia los humanos podemos confirmar unas pocas certezas (cuatro), desde las cuales las autoras, testigos fidedignos de sus testimonios, esbozan cuestiones fundamentales que ayudarán a los lectores a saber muchas cosas más sobre ellos mismos y sobre las personas que nos rodean. A través de un amplio formulario descubrimos, por ejemplo, que los protagonistas no tienen concepto de género, que están preocupados por las guerras... A partir de las respuestas que ofrezcamos identificaremos nuestras virtudes y defectos o cosas tan importantes como los valores sociales que unen a nuestros pueblos. Un hilo de cuestiones para encontrar sentido a la existencia e incitar a los lectores a iniciar una profunda y beneficiosa reflexión. Un nuevo y original proyecto de la editorial, especializada en filosofía visual, Wonder Ponder. Los textos, que incluyen más de 500 preguntas, han sido ideados por la escritora, docente, bloguera y una de las impulsoras del sello, Ellen Duthie, con diseños de los artistas visuales Carlos Egan y Aida Novoa, creadores de Studio Patten.
Los extraterrestres han demostrado ser seres muy inteligentes. Lo confirman, para empezar, con la elección del punto de contacto terrícola: la playa de la Victoria en Cádiz; a partir de ese primer acercamiento oficial a los habitantes del planeta Bibopia los humanos podemos confirmar unas pocas certezas (cuatro), desde las cuales las autoras, testigos fidedignos de sus testimonios, esbozan cuestiones fundamentales que ayudarán a los lectores a saber muchas cosas más sobre ellos mismos y sobre las personas que nos rodean. A... Seguir leyendo
¿HAY ALGUIEN AHÍ?

El libro que tienes en tus manos es, a excepción de estas páginas iniciales, una reproducción fiel del tono encontrado a bordo de la nave espacial extraterrestre que aterrizó el pasado año en plena playa de la Victoria de la ciudad española de Cádiz, y que fue descubierta gracias al fino olfato del perro caniche de una paseante matutina.
Ante los insistentes ladridos del can, y a pesar de que a dicha playa no está permitido acceder con perros, la paseante bajó a la arena y se fue aproximando al objeto no identificado, con tanta curiosidad como cautela.