Jette es una niña que lleva una vida normal hasta que conoce a unos viejos libreros que comienzan a descubrirle todo lo que se esconde detrás de una buena historia. Apasionada por la literatura que los ancianos le descubren, pasa con ellos muchas horas, y algunos vecinos empiezan a malinterpretar esta relación. Historia donde, a través de la relación apasionada de la niña con los libros y sus mediadores, pone en entredicho la maledicencia y los prejuicios que rodean al mundo de los adultos.
Con un lenguaje directo, el autor hace un alegato en favor de la amistad por encima de las edades.
Jette es una niña que lleva una vida normal hasta que conoce a unos viejos libreros que comienzan a descubrirle todo lo que se esconde detrás de una buena historia. Apasionada por la literatura que los ancianos le descubren, pasa con ellos muchas horas, y algunos vecinos empiezan a malinterpretar esta relación. Historia donde, a través de la relación apasionada de la niña con los libros y sus mediadores, pone en entredicho la maledicencia y los prejuicios que rodean al mundo de los adultos.
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Algo pasa en la librería
Jette está sentada en su escritorio elaborando una lista actualizada de todos sus amigos y amigas. Algunas amigas lo fueron y no figuran ya en la lista. Y sobre uno de sus amigos no acaba de decidirse. Se trata de Milan. Hace poco que lo conoce, pues no hace mucho que vive en la casa de al lado. Max, el amigo más antiguo de Jette, desearía olvidarlo, tarea que le resulta imposible, porque todos los días se lo encuentra en la calle o en el edificio o en cualquier otro sitio. A Jette le gusta Milan y eso no le gusta a Max. Está claro, Max tiene celos. Y esto a su vez descabala la lista de Jette.
