Puede parecer que sólo se trata de árboles pero entre sus raíces, dentro de los agujeros de sus troncos, hay un bullicioso universo habitado por una colonia de ratones. Es el Seto de las Zarzas. Las estaciones marcan los cambios: determinan las celebraciones, las excursiones, cuándo hay que recolectar y cuándo trabajar en equipo. La alegría y la aventura, la amistad y el juego, las ricas comidas y la música marcan el día a día en este universo poblado por graciosos y tiernos roedores. Con la llegada de la primavera, el bosque alberga relatos pausados que ameritan ser compartidos en el preludio del sueño o en uno de esos momentos de intimidad y complicidad que puede brindar el tiempo juntos. Las escenas campestres, como el picnic, evocan el arte de Carl Spitzweg o Monet, y están concebidas con una excelsa profusión de detalles que harán las delicias del lector. Historias entrañables e inmortales que generan placer estético a cualquier edad.
Otras estaciones en el Seto de las Zarzas
Puede parecer que sólo se trata de árboles pero entre sus raíces, dentro de los agujeros de sus troncos, hay un bullicioso universo habitado por una colonia de ratones. Es el Seto de las Zarzas. Las estaciones marcan los cambios: determinan las celebraciones, las excursiones, cuándo hay que recolectar y cuándo trabajar en equipo. La alegría y la aventura, la amistad y el juego, las ricas comidas y la música marcan el día a día en este universo poblado por graciosos y tiernos roedores. Con la... Seguir leyendo
Cuento de primavera

Hacía una mañana preciosa. El sol primaveral entraba en todas las casas del Seto de las Zarzas, y las pequeñas ventanas de los árboles estaban abiertas de par en par.
Todos los ratones se habían levantado temprano, pero el más madrugador fue Fermín, que vivía con su familia en el avellano. Era su cumpleaños.
Saltó de la cama, fue corriendo a la habitación de sus padres y se puso a dar saltos sobre su cama hasta que le dieron los regalos.
–Feliz cumpleaños, Fermín –dijeron el señor y la señora Largacola