Clásico de la literatura universal, el genial escritor portugués Eça de Queirós (1845-1900) nos regala con El Mandarín una novela que, a través de su irónica pluma, desprende crítica social, reflexión inteligente y cruda realidad por cada uno de sus poros. Teodoro, un pobre y mediocre administrativo portugués, es instigado por el párrafo de un extraño libro a hacer sonar una campanilla con la que podrá remediar todos sus males: el Diablo es realmente quien lo convence para matar al mandarín más rico de China y quedarse luego con riquezas nunca vistas por la Fábula o la Historia. Teodoro al parecer olvida entonces que los actos tienen consecuencias... Clásico de la literatura universal, el genial escritor portugués Eça de Queirós (1845-1900) nos regala con El Mandarín una novela que, a través de su irónica pluma, desprende crítica social, reflexión inteligente y cruda realidad por cada uno de sus poros. Teodoro, un pobre y mediocre administrativo portugués, es instigado por el párrafo de un extraño libro a hacer sonar una campanilla con la que podrá remediar todos sus males: el Diablo es realmente quien lo convence para matar al mandarín más rico de China y quedarse luego con riquezas nunca vistas por la Fábula o la Historia.... Seguir leyendo

El Mandarín

Me llamo Teodoro, y fui secretario del Ministerio del Reino.
Yo vivía en aquel tiempo en la Travessa da Conceiçao número 106, en la casa de huéspedes de doña Augusta, la espléndida doña Augusta, viuda del comandante Marques. Tenía dos compañeros: Cabrita, empleado administrativo del barrio central, flaco y amarillo como una vela de entierro; y el robusto, el exuberante teniente Couceiro, gran tocador de vihuela francesa.
Llevaba una vida tranquila y bien equilibrada. Durante toda la semana, con mis manguitos de alpaca, en el escritorio de mi repartición, iba trazando con hermosa letra cursiva, sobre el grueso papel Tojal del Estado, frases rutinarias.